Muchas veces, cuando alguien atraviesa una situación difícil, lo primero que intentamos hacer es dar consejos o buscar soluciones rápidas. Pero en Fundación Paihuen promovemos una práctica más valiosa: la escucha activa.
Escuchar activamente implica prestar atención genuina, sin interrumpir, sin juzgar y sin minimizar lo que la otra persona siente. Es validar, sostener y acompañar desde la presencia.
Esta herramienta, aunque simple, puede marcar una gran diferencia en entornos familiares, escolares, comunitarios y profesionales. Porque ser escuchado es, muchas veces, el primer paso para sanar.