La violencia no siempre comienza con un golpe. Muchas veces, se manifiesta en pequeños gestos, silencios, miradas, o actitudes naturalizadas desde edades tempranas. Por eso, en Fundación Paihuen creemos que la prevención comienza en la infancia.
Hablar con niñas y niños sobre lo que sienten, enseñarles a reconocer situaciones injustas o incómodas, y brindarles herramientas para pedir ayuda, es una forma concreta de cuidarlos. Además, es clave que las personas adultas también se formen para poder acompañar esos procesos sin juzgar ni minimizar lo que viven.
Desde nuestros programas, promovemos un enfoque basado en el respeto, la escucha activa y el fortalecimiento de vínculos sanos. Porque prevenir la violencia no es solo reaccionar ante una crisis: es construir, cada día, entornos más seguros y humanos.